Costa da Morte acoge, junto con Rande, el mayor número de pecios de Galicia. En la ría de Corcubión se localizaron 70 puntos de interés arqueológico. Veinticinco naves de Martín Padilla se hundieron en 1596.
La Costa da Morte es, junto con la ensenada de Rande, la que acoge una mayor concentración de pecios de Galicia. Todo un museo bajo el mar, testigo de una historia que se halla sumergida.
En los años 2007 y 2008, un equipo dirigido por el arqueólogo Miguel San Claudio llevó a cabo una prospección en la ría de Corcubión, al amparo del Plan de Arqueología promovido por la Consillería de Cultura, en la que se localizaron 70 puntos de interés arqueológico, en once de los cuales se constató la ubicación exacta de los pecios, tres de ellos correspondientes al siglo XVI, y el resto pertenecientes a barcos hundidos a lo largo de los dos últimos dos siglos.
Entre ellos, destaca la localización de una de las 25 naves de la flota dirigida por Martín Padilla que naufragaron en la zona, en el invierno de 1596, debido a un fuerte temporal.
Se localizaron grandes piezas de madera pertenecientes a la estructura del barco, dos cañones de hierro, lingotes de plomo, dos ruedas de artillería, así como elementos cerámicos y munición, recuperándose aquellos que corrían el riesgo de desaparecer.
También se localizaron los restos del galeón San Jerónimo, del que se recuperaron varias monedas y piezas de plomo; y del vapor Great Liverpool, que se hundió en el año 1846.
Se hallaron restos de su estructura, así como monedas, lámparas, cubiertos y piezas de porcelana.
Toponimia orientativa
Además de contribuir a crear un rico patrimonio en el fondo del mar, muchos naufragios han dado pie a una toponimia muy particular de cabos, bajos e islas, según explicó el investigador Fernando Patricio. Así, en la zona de cabo Cee hay un saliente que se conoce como Punta do Diñeiro. Unos pescadores submarinos hallaron en la zona un cañón de bronce, y posteriormente se realizó una prospección arqueológica, dirigida por el profesor Manuel Martín Bueno, que permitió recuperar numerosas monedas y proyectiles de plomo, entre otros materiales.
En Fisterra también es muy conocida la Punta do Almirante, nombre que adquirió porque allí fueron descubiertos los restos de una de las naves de Martín Padilla. Fernando Patricio destaca también los topónimos Os Boliños da Fortuna, de Camariñas, donde su hundió un barco de guerra en el siglo XVII; el bajo Magnánimo, tras las islas Sisargas, en Malpica, al que dio nombre una fragata española; y Malante, nombre de una de las islas, heredado de un navío.
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