miércoles, 3 de noviembre de 2010

Campeche: espacio para aprender Arqueología Subacuática y Marítima




Escrito por Texto y fotos: Yamilé Luguera González (Prensa Latina*)   
domingo, 31 de octubre de 2010

Imagen activaLa Habana, (PL) Países latinoamericanos compartieron por primera vez sus experiencias en materia de defensa y estudio de sus bienes culturales sumergidos.

  México fue escogido por ser el que atesora mayor tradición en arqueología subacuática y es por ello que el encuentro ocurrió en la histórica y mágica ciudad de Campeche, patrimonio de la humanidad desde 1999.

Esa sede cuenta con singulares asentamientos mayas y especialistas que la convirtieron en lugar ideal para aunar esfuerzos y conocer más sobre el tema.

Con ese propósito viajamos a ese destino tres especialistas de distintas instituciones cubanas convocados al curso de Investigación, Protección y Gestión del Patrimonio Cultural Subacuático.

El encuentro fue auspiciado por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO)y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de México.

Sirvió para unir y actualizar al personal de los países latinoamericanos interesados en el estudio, la protección y gestión del patrimonio cultural que yace sumergido en sus aguas jurisdicciones.

Ávidos de conocimientos, partimos de esta capital en un avión de Aeroméxico que hizo escalas en Cancún, Distrito Federal y Campeche.

Al aterrizar junto a otros colegas de naciones hermanas recibimos una calurosa bienvenida por parte de funcionarios de INAH que nos llevaron al hotel América, donde ya se hospedaban parte de los 24 participantes provenientes de 14 países latinoamericanos y caribeños.

El curso comenzó con una introducción a la arqueología subacuática y marítima en general, impartida en el auditorio de la Puerta de Tierra San Francisco.

Con tradicionales sombreros de jipijapa, muy útiles para resguardarse del intenso sol abrasador, asistimos luego a la inauguración oficial en la Casa de la Secretaria de Cultura de Campeche.

A partir de ahí comenzaron las clases con excelente nivel académico y variadas actividades que permitieron cada día conocer un poco más a Campeche.

Los anfitriones nos agasajaron con comidas, confituras y frutas, nos llevaron a visitar lugares típicos y presentaron expresiones culturales mayas, incluida una función de gala de bailes tradicionales en el teatro "Juan de la Acabada".

El intercambio académico dio oportunidad para que algunos participantes presentaran proyectos que reflejan los esfuerzos de sus respectivos países para llevar a adelante la arqueología subacuática.

Una de las materias impartidas por el profesor Chris Underwood, de la Sociedad de Arqueología Náutica del Reino Unido, así como del Centro INAH-Campeche, fue la técnica de prospección en dos dimensiones, utilizando la trilateración.

Antes de llevar este método al agua, se realizó una práctica en seco y los alumnos, repartidos en parejas, ubicaron y dibujaron los artefactos encontrados, en el simulado sitio arqueológico.

La siguiente práctica se llevó a cabo en la piscina "20 de Noviembre", de forma bien organizada, y así logramos comprender mejor el método y llevarlo a la práctica, bajo el agua.

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Siguieron luego las clases impartidas por la arqueóloga Pilar Luna, Subdirectora de Arqueología Subacuática del INAH; y la doctora Dolores Elkin (Loly), del Programa de Arqueología Subacuática del Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano (PROAS-INAPL), de Argentina.

También intervinieron la historiadora Flor Trejo, el biólogo Pedro López Garrido, la restauradora Diana Arango y la funcionaria de UNESCO Tatiana Villegas.

Luna mostró mediante documentales y videos, acompañados de magistrales explicaciones, cómo con pocos recursos bien distribuidos y muchos deseos de hacer se pueden lograr muchas cosas y desentrañar secretos. Elkin disertó magistralmente sobre la forma en que se presentan las empresas privadas de buscadores de tesoros, para tratar de convencer a entidades estatales a compartir parte de los hallazgos valiosos.

Trejo enseñó sobre investigación histórica en Archivos, en tanto López se refirió a las especies marinas que crecen sobre diferentes piezas arqueológicas sumergidas.

Arango reveló sus experiencias en la restauración arqueológica de piezas de artillería y Villegas enseñó de forma muy amena las leyes que protegen el patrimonio sumergido y las características de la convención de la UNESCO del 2001, rectora de esa actividad.

Los participantes en el curso coincidieron en mantenerse unidos en defensa de los hallazgos arqueológicos de sus países y acordaron crear una página web, integrada por todos para dar a conocer los trabajos emprendidos para preservar, cuidar y defender el patrimonio subacuático.

El nombre escogido para este empeño fue OLAS (Organización Latinoamericana de Arqueología Subacuática), la que será por el momento una comunidad, casi familiar.

Momento inolvidable para los participantes fue la visita al sitio Arqueológico Edzná, nombre que en maya significa "Casa de los Itzaes".

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Se localiza a 61 kilómetros al Sureste de la capital del estado y alcanzó un elevado nivel en la arquitectura e ingeniería precolombinas.

Cuenta con una superficie de 17 kilómetros cuadrados y posee varias estructuras monumentales.

Se destacan, el edificio de los Cinco Pisos, La Plaza Principal, la Plataforma de los Cuchillos, el Juego de Pelota, el Templo del Sur, el de los Mascarones y la Pequeña Acrópolis, entre otros.

Este antiguo centro ceremonial maya muestra una arquitectura singular, en él se reconoce el estilo "Puuc".

Este se caracteriza por el uso de sillares (piedra cortada para formar parte de un muro) muy bien labrados y un armónico juego de claroscuros en las fachadas, ejemplo de la arquitectura campechana.

Es un lugar selvático y con anchos senderos bien marcados, con abundante vegetación, que alberga diversidad de lagartos y aves entre otros exponentes de la fauna endémica.

La profesora Elena Barba dirigió la magistral visita en la que no se le quedó por explicar nada acerca de la historia y la arquitectura que se alzaba majestuosa ante nosotros.

Caminamos varias horas bajo el intenso sol. Una incesante lluvia de fotos dejó plasmada en imágenes fotográficas cada piedra del lugar.

Al cierre de la excursión los visitantes degustaron un rico asado preparado por habitantes del pueblo Dzilbalchein y servido en la casa colonial rústica campestre de Carlos Vidal, secretario de Cultura de Campeche. Aquí probaron el Nopal asado, una cactácea, representada en la bandera mexicana, comida típica, al igual que el guacamol (pasta de aguacate saborizada con especias).

También conocieron El fuerte de San José del Alto, construido en 1795, hoy museo arqueológico, que cuenta con una maravillosa vista de la ciudad.

El cierre del curso incluyó un atardecer en el también fuerte San Miguel, una visita dirigida por las salas expositoras referentes a la cultura maya y una cena nocturna acompañada con música de mariachis.

La despedida fue la tarea más difícil para profesores y alumnos que partían con mucho cariño, llevando consigo publicaciones, videos, audiovisuales sobre Campeche y la arqueología submarina mexicana y otros gratos recuerdos.

Pero lo más importante quedó en la mente de cada uno: el valioso conocimiento de las materias estudiadas y la amistad surgida entre profesores y alumnos que sabemos será inolvidable y perdurará por siempre.

(*) La autora es arqueóloga cubana, buzo especialista y colaboradora de Prensa Latina.
        

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