EFE
Santa Cruz de Tenerife
El hallazgo en La Graciosa de numerosos fragmentos de cerámica realizada a torno, y que las dataciones sitúan entre el 1.100 y el 900 antes de Cristo, podría implicar que a Canarias llegaron navegantes a final de la edad de Bronce.
La localización de restos arqueológicos datados en fechas tan tempranas "carece de antecedentes no sólo en la arqueología canaria sino en toda la fachada atlántica africana" y abre "nuevas perspectivas sobre la antigüedad del conocimiento de las islas", afirma en una entrevista a Efe el que fuera director del Museo Arqueológico de Tenerife, Rafael González Antón.
Se trata de fragmentos amorfos de cerámica a torno, de coloraciones rojiza, naranja y ocre-amarillento.
Los restos cerámicos fueron localizados fortuitamente en 2003 por el paleontólogo Francisco García-Talavera Casañas cuando desarrollaba, junto con investigadores del Museo de Ciencias Naturales de Tenerife, el proyecto de investigación Macaronesia 2000, en el cordón litoral fósil de la Bahía del Salado en la isla de La Graciosa, del período Holoceno (Erbanense).
Además, junto a los fragmentos cerámicos se encontraron abundantes conchas de "Thais haemastoma" fuertemente fragmentadas, señal de un machaqueo intencional de origen humano, según García-Talavera, con intención de obtener la preciada "púrpura".
También había valvas de un mejillón de gran tamaño (Perna perna) que actualmente no vive en el lugar, así como huesos de animales, posiblemente una tibia de cabra, y de ave marina sin determinar.
Ante la importancia de los restos arqueológicos del yacimiento de "El Descubrimiento" (así bautizado por su descubridor), determinó que el Laboratorio de Datación y Radioquímica de la Facultad de Ciencias de la Universidad Autónoma de Madrid realizara in situ dataciones por termoluminiscencia calibrada (OSL). La fecha que proporcionó se sitúa en un arco entre el 1.100 y el 900 antes de Cristo.
Dentro de un estudio más completo llevado a cabo en el seno del Museo Arqueológico de Tenerife con la colaboración de la catedrática de Prehistoria de la Universidad de La Laguna, Carmen del Arco, se enviaron 17 muestras para su estudio al Departamento de Química y Física de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Cádiz con el objetivo de poder desentrañar la composición de la pasta y su posible relación con otras cerámicas del entorno geográfico gaditano.
Con posterioridad, el Departamento de Edafología y Geología de la Universidad de La Laguna realizó nuevas analíticas sobre la caracterización de las pastas.
"La datación nos sitúa en una época en la que no existe cerámica a torno en toda la fachada atlántica y sin embargo se encuentra en Canarias", por lo que los investigadores expresan su convicción de que esta cerámica podría pertenecer a gentes vinculadas con el Próximo Oriente, en concreto, fenicios.
Indica también que la entrada "natural" de Canarias parece ser el archipiélago Chinijo, al norte de Lanzarote, porque se navega al lado del territorio africano, empujado por los alisios.
En un tipo de navegación de "cabotaje" parece lógico pensar que al bajar desde Lixus (Marruecos) "te tropezaras con Canarias" al realizar navegaciones de pre-colonización y de búsqueda de nuevos recursos.
"Esto puede implicar simplemente que se anota que en tal sitio hay una isla", lo que sería un descubrimiento, o bien continuar con el siguiente paso que es conocer las posibilidades que tiene ese nuevo territorio.
A juicio de González Antón, esta cerámica es la señal de lo que parece "una pre-colonización para un posible asentamiento temporal en Lanzarote, que está enfrente".
Fuente: http://www.canarias7.es/
La localización de restos arqueológicos datados en fechas tan tempranas "carece de antecedentes no sólo en la arqueología canaria sino en toda la fachada atlántica africana" y abre "nuevas perspectivas sobre la antigüedad del conocimiento de las islas", afirma en una entrevista a Efe el que fuera director del Museo Arqueológico de Tenerife, Rafael González Antón.
Se trata de fragmentos amorfos de cerámica a torno, de coloraciones rojiza, naranja y ocre-amarillento.
Los restos cerámicos fueron localizados fortuitamente en 2003 por el paleontólogo Francisco García-Talavera Casañas cuando desarrollaba, junto con investigadores del Museo de Ciencias Naturales de Tenerife, el proyecto de investigación Macaronesia 2000, en el cordón litoral fósil de la Bahía del Salado en la isla de La Graciosa, del período Holoceno (Erbanense).
Además, junto a los fragmentos cerámicos se encontraron abundantes conchas de "Thais haemastoma" fuertemente fragmentadas, señal de un machaqueo intencional de origen humano, según García-Talavera, con intención de obtener la preciada "púrpura".
También había valvas de un mejillón de gran tamaño (Perna perna) que actualmente no vive en el lugar, así como huesos de animales, posiblemente una tibia de cabra, y de ave marina sin determinar.
Ante la importancia de los restos arqueológicos del yacimiento de "El Descubrimiento" (así bautizado por su descubridor), determinó que el Laboratorio de Datación y Radioquímica de la Facultad de Ciencias de la Universidad Autónoma de Madrid realizara in situ dataciones por termoluminiscencia calibrada (OSL). La fecha que proporcionó se sitúa en un arco entre el 1.100 y el 900 antes de Cristo.
Dentro de un estudio más completo llevado a cabo en el seno del Museo Arqueológico de Tenerife con la colaboración de la catedrática de Prehistoria de la Universidad de La Laguna, Carmen del Arco, se enviaron 17 muestras para su estudio al Departamento de Química y Física de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Cádiz con el objetivo de poder desentrañar la composición de la pasta y su posible relación con otras cerámicas del entorno geográfico gaditano.
Con posterioridad, el Departamento de Edafología y Geología de la Universidad de La Laguna realizó nuevas analíticas sobre la caracterización de las pastas.
"La datación nos sitúa en una época en la que no existe cerámica a torno en toda la fachada atlántica y sin embargo se encuentra en Canarias", por lo que los investigadores expresan su convicción de que esta cerámica podría pertenecer a gentes vinculadas con el Próximo Oriente, en concreto, fenicios.
Indica también que la entrada "natural" de Canarias parece ser el archipiélago Chinijo, al norte de Lanzarote, porque se navega al lado del territorio africano, empujado por los alisios.
En un tipo de navegación de "cabotaje" parece lógico pensar que al bajar desde Lixus (Marruecos) "te tropezaras con Canarias" al realizar navegaciones de pre-colonización y de búsqueda de nuevos recursos.
"Esto puede implicar simplemente que se anota que en tal sitio hay una isla", lo que sería un descubrimiento, o bien continuar con el siguiente paso que es conocer las posibilidades que tiene ese nuevo territorio.
A juicio de González Antón, esta cerámica es la señal de lo que parece "una pre-colonización para un posible asentamiento temporal en Lanzarote, que está enfrente".
Fuente: http://www.canarias7.es/
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