martes, 3 de agosto de 2010

El patrimonio cultural subacuático sale a flote

18.07.10 - 00:42 -

18 de mayo de 2007. Odyssey Marine Exploration, empresa estadounidense dedicada a la explotación de los restos de hundimientos, anuncia el hallazgo de un buque hundido con un importante botín, una vez que éste se encontraba en suelo de los Estados Unidos, a donde fue transportado con un Boeing 757 desde Gibraltar dos días antes. 
 
El buque hundido no era otro que el navío español Nuestra Señora de las Mercedes, que se había hundido en octubre de 1804 frente a las costas gaditanas sepultando bajo el mar un botín formado por unas 17 toneladas de monedas de plata y oro, valoradas en 370 millones de euros. 
 
La polémica por aquel expolio marcó un antes y un después en la puesta en valor del patrimonio subacuático, al que hasta entonces en cierta medida las autoridades le habían dado la espalda. En noviembre de aquel 2007 se aprobó el Plan Nacional para la Protección del Patrimonio Cultural Subacuático Español y hace un mes se presentó del Libro Verde que propone las acciones prioritarias a realizar. 
 
El catedrático de la Universitat Jaume I Mariano Aznar participa como experto jurídico en la comisión científica de seguimiento del plan nacional, cuya reunión de constitución se celebró a finales de junio, y en la que también participa Asunción Fernández, directora del Centro de Arqueología Subacuática de la Comunitat, con sede en Burriana. «La misión principal de la comisión será la informar y ayudar al Ministerio de Cultura o a otras administraciones sobre decisiones relativas al plan nacional», explicó Aznar.
Además, propondrá y evaluará programas de actuación en investigación, educación, formación y difusión sobre este tipo patrimonio o desarrollos legislativos. 
 
En este sentido, el catedrático en Derecho Internacional Público advirtió de que «las grandes amenazas al patrimonio subacuático no se ciñen al robo de ánforas sino que se encuentran en actividades humanas tan normales como la pesca de arrastre o la creación de un parque eólico marino». 
 
Aznar valoró que el paso fundamental es «completar las cartas arqueológicas». Alguno de los pecios localizados frente a la costa castellonenses son uno romano de Benafelí (40 d. C.), aparecido tras unos fuertes temporales en la década de los 80 con un cargamento de ánforas de vino de la Tarraconense, lingotes y barras de hierro dulce y crisoles. 
 
El pecio Silvino (1808) situado en la playa de Els Terrers, también excavado. El material recuperado (un cañón de hierro, culebrina, balas de cañón, etc) se exponen en el Museu de Castellón. Y el pecio Francés de Torre la Sal, en la Ribera de Cabanes, también perteneciente a la Guerra de la Independencia.
En estos momentos, el Centro de Arqueología Subacuática está trabajando en la actualización del patrimonio autonómico para poner en valor los tesoros que se esconden bajo el mar.
 

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