domingo, 13 de septiembre de 2009

Arqueología Subacuática, una nueva frontera y resultados de las prospecciones de la isla de La Palma.

Los cambios experimentados en los últimos años en la concepción metodológica de la Arqueología, han significado un considerable incremento de las posibilidades científicas de esta ciencia. Al mismo tiempo una evolución progresiva de la actitud de la sociedad acerca del patrimonio histórico y arqueológico ha marcado su transformación en varios frentes.

Por una parte, la sociedad ha tomado una postura beligerante de defensa de ese patrimonio histórico como reserva documental y material de su pasado. Parece haber una necesidad cada vez más acuciante de conocer la propia historia y rasgos culturales, para así proteger la identidad en un intento de evitar el peligro de que, con el progreso tecnológico y la civilización de consumo, se lleguen a olvidar o destruir definitivamente partes importantes de ese acerbo histórico y cultural.

El gran avance de las ciencias en múltiples campos, ha incidido positivamente en la misma concepción y desarrollo metodológico de la Arqueología, haciéndola progresar en sus requerimientos, insistentemente más complejos en la búsqueda de la exactitud, para la interpretación de los repertorios materiales que analiza y valora. De unos planteamientos fundamentados en estudios descriptivos, tipológico comparativos, de interpretaciones historicistas y de interminables formulaciones de hipótesis sustentadas a veces sobre bases de gran fragilidad, hemos pasado a disponer de poderosos medios analíticos que hacen más seguros nuestros programas de investigación, en los que la denominada por algunos, "Arqueología total", sin límites cronológicos ni espaciales, va redefiniendo la vieja concepción que se tenía sobre esta ciencia.

En el amplio marco de la Arqueología, una de sus especialidades más jóvenes, la Arqueología Subacuática, ha experimentado tal vez un desarrollo mayor, debido a la necesidad de apoyarse en los nuevos métodos y técnicas de prospección, comunes a diversos campos de la investigación bajo las aguas, cuya evolución ha sido rápida y sustancial. Al mismo tiempo los indiscutibles avances en el campo del tratamiento y conservación de los restos provenientes de estos yacimientos, han posibilitado un acercamiento sin riesgos para su pervivencia.

Durante varios decenios la Arqueología Subacuática ha tenido un desarrollo tímido, incapaz de salir de los estrechos márgenes que le imponía, por un lado una técnica de trabajo poco difundida entre profesionales de la Arqueología, el buceo con escafandra autónoma, y por otro, la dificultad de hacer frente a unos graves problemas de conservación de los materiales y estructuras hallados, sobre todo los de tipo u origen orgánico.

Estas limitaciones, junto con una concepción restrictiva de esta arqueología también en el aspecto cronológico, hizo que su objeto preferencial de estudio, fueran los restos de naves antiguas y sobre todo los cargamentos de aquellas, las tradicionales ánforas y materiales asociados. No obstante sus limitaciones, el progreso del conocimiento acerca de: rutas de navegación, comercio, distribución, etc. para el mundo antiguo, fue espectacular. El salto cualitativo se da, a nuestro juicio, en el momento en que se acomete la responsabilidad de recuperar, no sólo un material "cómodo" como los objetos cerámicos, sino incluso los orgánicos, las estructuras de madera, los cascos de barcos hundidos.

Con estas premisas no es extraño que ahora veamos con perspectiva histórica muy lejanos, los primeros momentos de esta especialidad hace tan sólo unos decenios, e incluso podamos hacer un análisis crítico rigurosos de los trabajos emprendidos entonces con más entusiasmo que conocimiento, con más voluntad que efectividad y sobre todo con una severa mirada hacia los problemas de conservación generados, entonces en muchos materiales y yacimientos que, o bien se han perdido total o parcialmente, o han sufrido degradaciones importantes, arruinando buena parte de la información que encerraban.

Lejos quedan ya los tiempos de las ánforas recuperadas un poco por todo el Mediterráneo, de las primeras excavaciones de Port Royal en Jamaica, gran parte de cuyos materiales no fueron sometidos a tratamiento una vez sacados del fondo marino, o de los balbuceos con los primeros objetos de madera empapada.

En el campo de la Arqueología Subacuática, la combinación de técnicas históricas con las oceanográficas, con sistemas de posicionamiento global (GPS), sistemas electrónicos y electromagnéticos de localización, la ayuda de pequeños robots teleguiados y otros medios técnicos han permitido por un lado elaborar cartas de fondos marinos detalladas así como la localización de anomalías magnéticas correspondientes a abundantes naufragios en todos los mares consolidando la aplicación de una metodología científica nueva como es la arqueología subacuática, una moderna frontera para la ciencia en cuyo control se trabaja intensamente por parte de investigadores-buceadores para su estudio e investigación así como para su conservación y protección.

Fuente: http://www.aragoninvestiga.org/


El equipo de Arqueología Subacuática de la Universidad de Zaragoza concluye un proyecto de investigación en La Palma.


El equipo de Arqueología Subacuática de la Universidad de Zaragoza, dirigido por Manuel Martín Bueno, integrado en el Grupo Consolidado URBS, CONSI+D, ha concluido el proyecto de investigación en el Archipiélago de Canarias, concretamente en la Isla de La Palma, financiado por el Ministerio de Medioambiente e iniciado en el año 2003.

La finalidad de esta investigación era un inventario e investigación del Patrimonio Arqueológico Sumergido y Costero de la Isla de la Palma, enmarcado en otro más global de documentación de la costa de la Isla de La Palma. Según explica Martín Bueno, este proyecto multidisciplinar que ha contado con la participación de cartógrafos, topógrafos, oceanógrafos, biólogos marinos, geófisicos, geógrafos y ha sido en la última etapa, con toda la información recopilada anteriormente, cuando se ha iniciado el quehacer del equipo de Arqueología Subacuática de la Universidad de Zaragoza.

''Nuestro equipo comenzó su actividad en el 2004, con un trabajo básicamente de recogida de información histórica y geográfica, basándonos en los datos recogidos anteriormente por los otros equipos y con la información cruzada se conseguirá definir las zonas más sensibles a los hallazgos de restos arqueológicos'', detalla Martín Bueno y puntualiza con exactitud que fue en el segundo semestre del año pasado cuando se inciaron las inmersiones.

Con este estudio de tres años, se han conseguido valorar los recursos de la isla para conseguir así una eventual protección ante las actuaciones de desarrollo urbanístico, turístico o de adecuación del litoral que puedan programarse en el futuro y evitar acciones que pudieran poner en peligro los recursos que contenga la zona.


Fuente: http://www.aragoninvestiga.org/

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